De 2008 a noviembre del 2020, David Fuller tuvo acceso a centenares de cadáveres con los que satisfacía sus depravaciones. Ahoa se supo que además fue el autor de uno de los doble homicidios sin resolver más longevos de Reino Unido.
Un sádico necrofílico, violador y asesino de 67 está siendo juzgado en Reino Unido y mientras avanza su juicio, se conocen nuevos y tenebrosos detalles sobre sus crimenes, los cuales incluyen haber tenido sexo con 99 cadáveres de mujeres en la morgue y haber asesinado a por lo menos dos de ellas.
Durante el juicio, el “mounstruo”, David Fuller, admitió que asesinó a Wendt Knell y Caroline Pierce en sus apartamentos de Kent (Inglaterra) en 1987, y que tuvo relaciones sexuales casi un centenar de cadáveres en los depósitos de muertos de los hospitales.
Otra de sus presuntas víctimas fue Azra Kemal, quien tenía 24 años cuando cayó en las garras de este sádico asesino. Según relatos de la madre de la joven en la corte, Fuller no solo asesinó a la joven, sino que después de matarla violó su cuerpo.
Pero no solo una, sino tres veces, y según lo que se supo en el juicio, después del asesinato, investigó la muerte de la joven usando internet, y leyó tributos y mensajes de despedida de su familia y amigos.
“Me dijeron que mi hija había sido violada en tres ocasiones en el depósito de cadáveres ¿Qué piensa uno? ¿Cómo comprender tal cosa?” dijo Nevres Kemal, madre de Azra a los medios británicos.
Nevres contó que cuando se enteró de la muerte de su hija, pasó dos horas en la morgue, abrazando y durmiendo con ella a forma de despedida, algo que le hizo encontrar un poco de consuelo.
Sin embargo, desconocida que apenas horas antes el cuerpo de Azra había sido profanado por su asesino.
“Entonces, mientras acariciaba el cabello de mi hija, dormía sobre su cabello, un hombre había gateado por toda su piel.Y ahí estoy yo besándola, abrazándola y diciendo mis últimas despedida”, relató.
“Eso es bastante terrible, bastante terrible, sin embargo, no es la vergüenza de Azra. No es mi vergüenza. Al igual que las mujeres que son violadas en todo el mundo, ellas tienen una voz, Azra tiene una voz, yo estoy hablando por mi hija”, agregó.
Nevres, que es trabajadora social de profesión, cuestionó la forma en que Fuller fue capaz de entrar repetidamente la morgues violar a su hija y a otros cadáveres de mujeres y niñas sin despertar sospechas por parte del personas de ninguno de los hospitales donde perpetró sus depravados actos.
“Siempre estuvo disponible para el personal de la funeraria. Pensaron que era un gran tipo y, básicamente, los preparó. Se volvieron obedientes y nunca lo interrogaron”, dijo la consternada madre.
“Nadie lo comprobó. Fue tan simple”, agregó.