Los Warriors se imponen ante unos Celtics

Tras su periplo por San Francisco, la serie viaja al TD Garden de Boston para el tercer partido de la final y primero en la Costa Este de los Estados Unidos.

En ocasiones hay que recurrir a la magia. A esos jugadores de otra galaxia, únicos. Los Golden State Warriors empataron la final de la NBA con una lección del más aplicado de sus alumnos en magia y hechicería. Stephen Curry (29+6+4+3) tomó la varita y evitó que los Boston Celtics salgan de la Bahía más crecidos en su objetivo. Con paliza y sensación de superioridad tras un tercer cuarto portentoso. Con un festival de ritmo, variantes y condenando a los peores Celtics posibles. Por la vía del cloroformo (107-88).

Porque si Boston tenía un plan, pasaba por defender y apoyar a sus estrellas. En el ‘Game 2’, se cayó. Jayson Tatum (correcto) estuvo muy solo tras el descanso, y los Warriors activaron la trituradora. Una, en la que Curry fue arma, condición y condicionante. Uno en el que reside la magia de los Warriors.

Igualdad de salida
Aunque no fue cosa fácil. El partido arrancó con mejor salida de los Celtics. Más intensos en defensa, limitando el juego exterior de los Warriors durante el inicio. Solo el primer tiro, de Andrew Wiggins, fue una demostración clara de las intenciones locales. Todo lo demás era con Curry buscando soluciones cercanas a la pintura. Cosa nada fácil. Así, en ese contexto Boston creció. Jaylen Brown arrancó muy metido y llegaron a conseguir una buena renta (16-9, minuto 7).

Golden State buscó reaccionar, pero se encontró con un colapso ofensivo bastante notable. Desde fuera, nulos. Klay Thompson, nulo salvo un buen tiro en suspensión. Conclusión, a remolque de unos Celtics enchufados. Con su misma medicina de siempre. Reparto de balón y aprovechar al hombre solo tras los dos para uno ineficientes de Golden State. Eso sí, no rompían el partido por una falta clara de actitud defensiva. Los de la Bahía encontraban allí el engancharse.

Y no de cualquier forma, porque los Celtics sumaban a esa poca defensa pérdidas y faltas. De jugadores como Brown, Tatum y Grant Williams. Y perdían el balón en transición. Los Warriors veían la oportunidad y destapaban su tarro de esencias en el final del primer periodo. Triples, de Curry, Payton y Poole, más una genialidad del ’30’ en la bocina del primero les ponía en ventaja (31-30, primer cuarto).

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