El régimen de Irán rechazó la petición internacional de colocar cámaras de seguridad en su central nuclear de Karaj

Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania exigen el monitoreo para que la agencia nuclear de la ONU pueda verificar que no se están realizando operaciones maliciosas.

El director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohamad Eslami, ha rechazado la petición de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania para reinstalar cámaras en la central nuclear de Karaj al considerar que se trata de un procedimiento fuera de los términos del acuerdo nuclear internacional firmado por la república islámica en 2015.

Como ya han manifestado las autoridades iraníes en otras ocasiones, la reanudación de las sanciones norteamericanas y la falta de apoyo que denuncian entre el resto de firmantes internacionales les ha llevado a desvincularse cada vez más de los términos del acuerdo, y más aún de peticiones extraoficiales. “Es un acuerdo bidireccional” entre Irán y las potencias mundiales y “los europeos y los estadounidenses no han cumplido sus compromisos”, ha lamentado Eslami en una entrevista con el periódico iraní Entejab.

En junio, las autoridades iraníes dijeron que una instalación de centrifugado en Karaj, en las afueras de Teherán, fue el objetivo de un “complot de sabotaje” frustrado. Días después, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania solicitaron la colocación de cámaras en el centro para que la agencia nuclear de la ONU pudiera verificar que no estaban realizando a cabo operaciones maliciosas.

Irán pretende para su retorno la retirada completa de las sanciones reintroducidas por Estados Unidos después de que el ahora expresidente norteamericano Donald Trump decidiera retirarse del pacto en 2018, tres años después de su firma.

Casi cuatro veces más uranio enriquecido que el permitido

Eslami, además, ha anunciado que el país dispone ya de más de 120 kilos de uranio enriquecido al 20 por ciento, un porcentaje que casi cuadruplica el permitido por el acuerdo nuclear firmado en 2015.

Según el acuerdo nuclear, a Irán solo se le permitió enriquecer uranio hasta un 3,67 por ciento, muy por debajo del 90 por ciento requerido para el uranio apto para el desarrollo de armamento, pero la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), ha avisado de que Irán cuenta ya con 10 kilogramos de uranio enriquecido al 60 por ciento.

En cualquier caso, Eslami ha confirmado que Irán ha “pasado de 120 kilogramos” de uranio enriquecido al 20 por ciento. “Tenemos más que esa cifra”, ha aseverado a la agencia oficial de noticias IRNA, a la que ha reiterado que esa cantidad no tiene fines maliciosos.

“Nuestra gente sabe bien que las potencias occidentales estaban destinadas a darnos el combustible enriquecido al 20 por ciento para usarlo en el reactor de Teherán, pero no lo han hecho. Si nuestros colegas no lo hacen, naturalmente tendríamos problemas con la falta de combustible para el reactor”, se justificó en declaraciones a la cadena panárabe Al Arabiya.

Este anuncio tiene lugar en medio de conversaciones estancadas, y más todavía después de que el clérigo ultraconservador Ebrahim Raisi fuera elegido presidente de Irán. Estados Unidos ha avisado de que su paciencia se está agotando con esta cuestión y ha amenazado con poner en marcha un “Plan B” si Irán no regresaba a la mesa de negociación, sin dar más detalles sobre esa iniciativa.

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