El agente que mató a George Floyd, condenado a otros 21 años de cárcel por violar sus derechos civiles

El expolicía Derek Chauvin ya cumplía una condena similar por asesinato en segundo y tercer grado. Las dos sentencias se ejecutarán simultáneamente

El expolicía de Minneapolis Derek Chauvin, condenado el año pasado por el asesinato de George Floyd en mayo de 2020, ha sido sentenciado este jueves a 21 años de cárcel por cargos federales de violación de los derechos civiles del afroamericano Floyd durante el arresto de este por pagar supuestamente con un billete falso en una tienda. La muerte por asfixia de Floyd, cuyo cuello quedó aprisionado bajo la rodilla del agente blanco, desencadenó una oleada de protestas masivas en el país y en el extranjero, bajo el lema Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan), una denuncia del racismo sistémico y contra el uso excesivo de la fuerza por la policía.

Chauvin se declaró culpable de los cargos federales en diciembre, mientras cumplía su primera condena, una pena de cárcel similar (22,5 años), en una prisión de Minnesota. Un tribunal estatal le había impuesto esa primera sentencia el año pasado por asesinato en segundo y tercer grado, así como por homicidio involuntario en segundo grado, por lo que la condena federal se ejecutará simultáneamente y supondrá el traslado de Chauvin a una prisión federal.

Los otros tres agentes que participaron en la detención de Floyd, Thomas Lane, Alexander Kueng y Tou Thao, fueron declarados culpables en febrero de violación de los derechos civiles de la víctima. Los dos últimos fueron también condenados por no intervenir para evitar que Chauvin hiciera un uso excesivo de la fuerza.

El responsable de la sentencia, el juez federal de distrito Paul Magnuson, dio lectura al fallo en St. Paul (Minnesota), advirtiendo de que de la sentencia de 21 años se descontarán siete meses, los que Chauvin lleva en una prisión estatal. Al cumplimiento de la condena le seguirán cinco años de prisión condicional, hasta su puesta en libertad.

El juez Magnuson calificó las acciones de Chauvin de ignominiosas e inconcebibles, según los medios de comunicación presentes en la sala, citados por Reuters. “Poner la rodilla en el cuello de otra persona hasta que esta expire es una gran equivocación y por tanto debe recibir un castigo importante”, ha dicho Magnuson. Los ocho minutos y medio de agonía de Floyd, mientras musitaba cada vez más bajo “No puedo respirar” y llamaba a su madre, se convirtieron en símbolo de la brutalidad policial contra las minorías, a la cabeza de todas ellas la afroamericana.

Casos similares y contemporáneos, como los de la joven Breonna Taylor, acribillada en su casa por seis balas de la policía, Dante Wright, también en Minneapolis, o Eric Garner, todos ellos afroamericanos, habían alimentado la movilización de Black Lives Matter, pero la agonía en directo de Floyd, filmada en vídeo por una joven que pasaba por el lugar, desató una respuesta multitudinaria y organizada, que llegó a las principales capitales del mundo.

Compartir