EEUU y Europa festejan los desconfinamientos, la reapertura de rutas turísticas e incluso le ponen fecha de caducidad al uso de mascarillas, en América Latina esas noticias parecen de ciencia ficción.
Pese a la ilusión que genera la extensión de la vacunación, la pandemia no se detiene en la región y continúa castigándola con cifras dolorosas.
Cuando los ojos del mundo apuntaban a la India, sus dramáticas cremaciones masivas y sus hospitales colapsados en sus centros urbanos, en Paraguay, Surinam, Argentina, Uruguay, Colombia, Brasil, Perú y Chile -en este orden- se gestaba una catástrofe silenciosa cuyas cifras actuales son ocho veces más mortíferas que las del territorio Indio.
En Paraguay, por ejemplo, en los últimos siete días se registró un promedio de 17,7 muertes por cada millón de habitantes, mientras que en la India la tasa es de 2,11.Así, en la última semana se registraron cerca de 1,1 millones de nuevos casos de coronavirus y más de 31.000 muertes en Latinoamérica, la mayoría de ellos en países sudamericanos donde la transmisión sigue estando fuera de control.
Además, nueve de los diez países con más muertes recientes en proporción a su población se encuentran en América Latina, donde las campañas de vacunación son lentas y caóticas.
Contabilizando los datos registrados ayer, América Latina y el Caribe sumó 1.227.480 muertos y 35.646.911 contagios. De los tres países con mayor número de muertos registrados en los últimos días, dos son latinoamericanos: Brasil y Colombia. Entre los más golpeados,
Perú registra la mayor tasa de mortalidad, con 576 decesos por cada 100.000 habitantes.Alarmados, los expertos de la región advirtieron, además, del aumento de pacientes jóvenes que requieren hospitalización, y en varias ciudades las salas de cuidados intensivos están llenas o casi llenas, de menores de 40.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, recordó que actualmente solo una de cada diez personas en América Latina y el Caribe está completamente vacunada contra el COVID-19. “Somos una región de más de 600 millones de personas donde los casos aumentan, los hospitales están llenos y las variantes circulan rápidamente”, dijo.